Muchos niños expuestos a la violencia doméstica también son víctimas de abuso físico. Los niños que son testigos de la violencia doméstica o que son víctimas de abuso tienen un riesgo grave de tener problemas de salud mental y física a largo plazo. Al ser testigos de violencia entre sus padres también tienen mayor riesgo de ser violentos en sus relaciones futuras. Si eres un padre víctima de abuso, puede ser difícil saber cómo proteger a tu hijo.

Efectos sobre los niños

Corto plazo
  • Niños en edad preescolar: Los niños pequeños que son testigos de la violencia de pareja pueden comenzar a hacer cosas que solían hacer cuando eran más pequeños, como mojar la cama, chuparse el dedo, llorar con más frecuencia y gimotear. Es posible que desarrollen problemas para dormir, muestren signos de terror, como tartamudear u ocultarse, y muestren signos de ansiedad severa de separación.
  • Niños en edad escolar: Los niños en este rango de edad pueden sentirse culpables por el abuso y culparse a sí mismos. La violencia doméstica y el abuso hiere la autoestima de los niños. Es posible que no participen en las actividades escolares u obtengan malas calificaciones, tengan menos amigos y se metan en problemas con más frecuencia. También pueden sufrir más dolores de cabeza y estómago.
  • Adolescentes: Los adolescentes que son testigos de abuso pueden actuar de maneras negativas, como pelear con los familiares o faltar a la escuela. Es posible que se involucren en comportamientos riesgosos, como mantener relaciones sexuales sin protección o ingerir drogas o alcohol. Es posible que tengan baja autoestima y no puedan hacer amigos con facilidad. Posiblemente comiencen peleas o acosen a otros, y son más propensos a meterse en problemas. Este tipo de comportamiento es más común en chicos adolescentes que fueron víctimas de abuso en la niñez que en chicas adolescentes. Las chicas son más propensas que los chicos a excluirse y experimentar depresión.
Largo plazo
  • Más de 15 millones de niños en los Estados Unidos viven en hogares donde la violencia doméstica ha ocurrido al menos una vez. Estos niños tienen mayor riesgo de repetir el ciclo cuando sean adultos e involucrarse en relaciones abusivas o volverse abusivos. Por ejemplo, un niño que ve a su madre ser víctima de abuso es 10 veces más propenso a abusar a su pareja cuando sea adulto. Una niña que crece en un hogar donde el padre abusa de la madre es seis veces más propensa a ser abusada sexualmente que una niña que crece en un hogar no abusivo.

  • Los niños que son testigo de o son víctimas de abuso emocional, físico o sexual tienen mayor riesgo de padecer problemas de salud cuando sean adultos. Estos pueden ser afecciones de salud mental, como depresión y ansiedad. También pueden incluir diabetes, obesidad, cardiopatías, baja autoestima y otros problemas.
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